sábado, 24 de enero de 1998

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber

Esta noche Nuestra Señora me dio un pequeño mensaje:

Cuida mucho a todos los niños, ¡porque son Mis niños más pequeños!

Inmediatamente después, como si se dirigiera a todos sus hijos en todo el mundo, dijo:

Hijo mío, estas reuniones nuestras son tan importantes que no te puedes imaginar. Cuando vengo del cielo para transmitirte este mensaje celestial, traigo conmigo Mis gracias y bendiciones celestiales para derramarlas sobre ti y sobre toda la humanidad.

Cuántas almas se están beneficiando en este momento de estas gracias para su propia salvación. Es necesario que siempre mantengas tus ojos fijos aquí, en Mi Inmaculado Corazón, porque actuando de esta manera siempre estarás seguro de cumplir la voluntad del Señor. Amo a todos Mis hijos.

¡Oh, cuánto amo a la humanidad y cuánto deseo que ame más profundamente a Mi Hijo Jesús! Habla, hijo mío, habla de Mi Hijo Jesús a todos. Diles que el amor de Jesús es muy grande. Es un amor que no tiene dimensiones. Es un amor que no tiene límites. Que la respuesta de todos a Jesús sea una respuesta de amor. Ama, porque es en este amor tuyo por Jesús donde se encuentra la gracia de la salvación.

Solo aquellos que más aman entenderán los misterios de Dios, porque toda sabiduría se encuentra en este amor divino. Todo fue hecho por amor y con amor. En este amor también se encuentra el secreto de la santidad. Lucha por la santidad. Dios siempre te ayudará. Entrégate en Sus manos y caminarás por el camino correcto. No dejes que las gracias que Dios te da se desperdicien. Disfruta de todas las gracias que Dios me permite darte. Quiero compartirlas contigo. Ven y recíbelas. ¡He aquí, la fuente de gracias está abierta a todos! Te bendigo a todos: en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. ¡Nos vemos pronto!