lunes, 1 de enero de 2001

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber

¡La paz esté con ustedes!

Queridos hijos, Yo soy la Madre de Dios y bendigo a cada uno de ustedes aquí presentes. Cuánto los amo. Hoy los bendigo con la bendición de la paz. Yo soy la Reina de la Paz. Dios nuestro Señor me ha enviado del cielo para darles Sus santas gracias y Su mensaje de paz. Vengo del cielo porque Dios los ama.

Mis pequeños hijos, un nuevo año comienza. ¡Qué feliz estoy de verlos comenzar este nuevo año con Dios! Jesús está concediendo una bendición especial para sus familias. Jesús puede resolver los problemas más difíciles, si confían en Él.

Mi Inmaculado Corazón se alegra de verlos aquí. Hoy bendigo a todo el mundo. Fue aquí, en este lugar, que su Madre Celestial, queridos hijos, apareció por primera vez. Y aquí, en este lugar, les hablo de nuevo: ¡recen, recen!

Bendigo a toda la Santa Iglesia. Bendigo de manera especial a la Iglesia aquí, en Amazonas. Bendigo a todos los misioneros de mi Hijo Jesús. Es necesario evangelizar, porque todavía hay muchos corazones cerrados a Dios. La palabra de Dios debe llegar a los lugares más lejanos, porque la palabra de Dios es vida para todos mis hijos.

Sacerdotes, sacerdotes, sacerdotes sean fieles a Dios. Sacerdotes queridos a mi Corazón amen a Dios. Unanse a Él. Lleven Su amor a todos los fieles. Los invito a la santidad. No sean una causa de tristeza para mi Corazón.

Mis queridos hijos presentes aquí, recen de nuevo conmigo por los sacerdotes....

Nuestra Señora rezó un Padre Nuestro y una Gloria al Padre por los sacerdotes

Quien está unido a Dios no debe temer nada. He aquí, el mundo será renovado y un Nuevo Amanecer de Paz vendrá. La batalla entre el bien y el mal está alcanzando su fase final. Quiero que estén unidos conmigo en el día de mi triunfo, en el triunfo de mi Inmaculado Corazón. Quien se entrega a mí, Yo seré su intercesora ante mi Hijo Jesús. Una vez más los bendigo: en el nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. ¡Amén!

Los espero en Itapiranga, porque allí está el lugar elegido por mi Inmaculado Corazón para todo el pueblo de Amazonas. Construyan con el celo de su amor y dedicación el Santuario de Dios aquí en Amazonas. Sean celosos por la obra de Dios. Itapiranga es para todos mis hijos la fuente de la gracia y el amor de Dios. Desde Itapiranga el Señor irradia su luz a todo el mundo.

Itapiranga, Itapiranga, ¡un lugar tan escondido y tan simple, pero tan grande a los ojos de Dios! Les agradezco de nuevo por su presencia, mis hijos. Estén con la paz de Dios en el nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. ¡Amén!