Mensajes a Edson Glauber en Itapiranga AM, Brasil
jueves, 16 de septiembre de 2004
Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber en Maceió, Alagoas, Brasil

¡La paz esté con ustedes!
Queridos hijos, una vez más vengo del cielo para bendecirlos y para contarles mi mensaje celestial. Hoy estoy muy feliz por su dedicación y amor al venir aquí esta noche a orar, a hacer penitencia por la conversión de sus hermanos y del mundo. Gracias. Gracias. Gracias. Dios los está bendiciendo y dándoles muchas gracias. Siempre estoy aquí con los brazos abiertos esperando a cada uno de ustedes.
Hijitos, ¡no pierdan el tiempo! Ayúdenme a salvar a sus hermanos y hermanas de la oscuridad y el pecado. Si aceptan mis mensajes y mi llamado, muchas cosas cambiarán en el mundo.
Hoy, estoy intercediendo ante Dios por ustedes y sus familias. Aquí donde me he aparecido deseo ser una Madre amorosa para todos mis hijos que necesitan mi ayuda y amor maternal. Vengan aquí siempre a orar por la conversión del mundo, pues siempre los estoy esperando. Agradezco a todos aquellos que se esfuerzan por difundir mi amor maternal a todos mis hijos. ¡Coraje! Muchas cosas cambiarán y el Señor a través de sus esfuerzos y dedicación logrará grandes cosas. Yo, mis hijos, los bendigo uno por uno esta noche.
Poco después, la Virgen indicando con su mano los escalones de la escalera todos luminosos y luego esta luz se transformó en hermosas rosas de colores que nunca he visto en la tierra. Me dijo:
Ven, aquí es un lugar de penitencia. Aquellos que sepan renunciar a su voluntad y atiendan al llamado del Señor a la conversión y al arrepentimiento recibirán abundantes gracias en este lugar, pues este lugarcito es para mí un pequeño jardín en la tierra. Este es mi lugar que el Señor ha preparado para mí para ser generosa con todos aquellos que apelan a la intercesión de mi Madre. Vean cómo sus penitencias se transforman en gracias… Sigan adelante, sigan adelante, y lograrán liberarse de todo mal y ser todo de Dios. Los bendigo: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
¡Amén!
Digo a aquellos de ustedes que han venido a pedir la luz del Señor que él los guiará y les mostrará el camino que deben seguir y qué hacer. Aquí el Señor obrará grandes maravillas en la vida de aquellos que son humildes, acogiendo mis llamados, orando con amor y fe. Gracias por su paciencia, mis hijitos. Buenas noches y hasta pronto!
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