viernes, 20 de julio de 2007

Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo

Queridos hijos, Mi Sagrado Corazón ha llamado a los hombres a través de Mi Bendita Madre, y a veces personalmente, a lo largo de estos ciento ochenta años, a la conversión, pero no responden SÍ. Permanecen apegados a sus placeres y afectos terrenales. No piensan en el día de su muerte. No piensan que envejecerán y morirán algún día. No piensan que de una hora a la siguiente dejarán este mundo y tendrán que rendir cuentas por todo el tiempo que han despreciado Mi amor dedicándose únicamente a satisfacer sus placeres y deseos desordenados. ¡Por eso este mundo pronto conocerá la hora de su castigo! Porque el Cielo ya no puede soportar tanta ingratitud.

La negación de uno mismo es el primer paso hacia la santificación. Renunciar a uno mismo es el primer paso en la escuela de la perfección. Si no quieren dar este paso. Si no quieren renunciar, ¿cómo quieren ir al Cielo? El Cielo solo poseerá a aquellos que luchan la buena lucha, es decir, aquellos que luchan contra sí mismos, que luchan contra sus apegos desordenados. Sus vicios. Quien lucha contra su propia voluntad, quien lucha contra su propia concupiscencia.

Solo quien lucha la buena lucha, Y GANA será coronado en el Cielo. El Cielo es el lugar de aquellos que durante sus vidas han librado guerras duras y arduas contra sí mismos, contra su propia voluntad. Contra sus propios deseos desordenados y han seguido el camino de la oración, la penitencia y la mortificación, siempre diciendo "NO" a sí mismos y siempre diciendo "SÍ" a Dios.

Quien verdaderamente ama a Mi Madre lo renuncia todo por Ella. Quien no lo renuncia todo por Ella no ama verdaderamente a Mi Madre. Quien no lo renuncia todo por Mí no me ama verdaderamente. El amor por Mí se demuestra en las obras y no tanto en promesas.

Agradezcan a Mi Padre diariamente. A Mi Sagrado Corazón. Al Espíritu Santo, que tuvo tanta misericordia de ustedes, atrayéndolos aquí en este lugar sagrado para aprender a renunciar a los apegos y a seguir el verdadero camino de la santidad, porque hoy se presentan muchos caminos para los católicos mostrándose como el camino de la santidad, ¡pero no son el camino de la santidad! El camino que acepta que la persona vive al mismo tiempo con Dios y en busca del mundo no es el camino de la santidad.

¡El camino de la santidad es el camino de RENOVARSE!!! El camino de la santidad es el camino de aquellos que luchan la buena lucha. Esa lucha contra sus propios apegos desordenados. Que luchen contra su propia voluntad, que en todo momento contribuye a quien es contrario a Mi voluntad.

Bienaventurada es el alma que sabe renunciar a sí misma para hacer y abrazar Mi voluntad. Este alma me encontrará, será Mi amiga. Se sentará a la mesa conmigo y beberá la misma copa que Yo bebo y en el cielo probará una bebida única. Un regalo especial del conocimiento de Mi divinidad. Así el alma que renuncia a sí misma se vuelve digna de conocer y ver a Dios en el paraíso. El alma que me ama más que a nada y que renuncia a todo por amor a Mí recibirá, en la otra vida, cien veces el amor que me dio aquí en esta tierra.

Bendigo a ti Marcos y bendigo a todos Mis hijos que vinieron hoy a escuchar Mi Mensaje. Continúen secando las lágrimas de Mi Madre, las mías y las de Mi padre San José con las oraciones que les hemos dado aquí. Estas oraciones salvarán el mundo si lo hacen con fe, con amor y dedicación. El amor se pone a prueba en el celo por todo lo relativo a Mí y a Mi Madre. A todos, los bendigo ahora."