Mensajes a Ana en Mellatz/Goettingen, Alemania
miércoles, 27 de septiembre de 2006
Jesús habla después de la Sta. Misa ofrecida en Lourdes en la capilla de San Michel a las 15.00 a los participantes por Anne.
Jesús ahora dice: Mis amados hijos, ¿no creen que fue providencial que corrieran a este lugar donde Mi Santo Sacrificio de la Misa fue celebrado con el mayor respeto y donde se venera al Santo Arcángel Miguel? Apenas pueden medir la gracia que recibieron en este lugar.
Prepárense, hijos míos, para el tiempo venidero. No conocen ni el día ni la hora, pero quiero que su corazón se eleve solo a mí. Estos poderes, que necesitan para el tiempo venidero, solo los recibirán a través del Amor Divino. Y este Amor Divino fluirá en sus corazones. Acepten estas corrientes de gracia. Se les dan en abundancia. Especialmente en este lugar, donde Mi Santísima Madre es tan venerada, allí ella cuida especialmente.
Algunos de ustedes experimentaron Mi Santo Milagro del Sol ayer. Eso también fue un regalo. Muchos de ustedes continuarán recibiendo fragancias. Ellos los fortalecerán para el tiempo venidero. Estos olores no se pueden comparar con los olores terrenales. Deben probarlo, para que este fortalecimiento también entre en su corazón.
Aguanten, hijos míos. Sean más valientes y confíen más profundamente. No teman las hostilidades que también les llegarán. El tiempo de silencio ha terminado, como ya les dije a mi pequeña. Ha llegado el tiempo de dar testimonio, y para esto necesitan mucha fuerza y coraje. No lo tienen de ustedes mismos, pero su amadísimo Jesús se lo dará. Llamen a sus Santos Ángeles Guardianes y llamen a Mi Santísima Madre que siempre los espera, que los protegerá ahora y en el tiempo venidero.
Muy pronto yo, Jesús Cristo, apareceré. Todavía llamaré a muchos videntes antes, que anuncian mis palabras, que yacen en mi verdad. Estos videntes son hostiles a Mi Iglesia. Pero, hijos míos, no teman, porque esta gracia, que entonces recibirán, será grande. Los protegeré en todas las situaciones si perseveran hasta el último momento. Pueden estar seguros de las fuerzas. Estas fuerzas no vendrán de ustedes. Su poder se debilitará y lo sentirán muy pronto, pero entonces el Poder Divino fluirá en ustedes, en su cuerpo, especialmente en su alma. Sentirán la gratitud. Y esta gratitud les traerá alegrías celestiales.
Así, hijos míos, estén listos para esta lucha y luchen con San Miguel, que también está presente aquí. Los amo, hijos míos. ¿Cuántas veces he dicho: Ilimitado. No pueden medir esto, porque es demasiado grande para comprenderlo.
Vengan con frecuencia a Mi Santo Sacrificio, a Mis Santos Sacramentos, especialmente a Mi Sacramento de la Penitencia. Allí también fluirán las gracias, no solo sobre ustedes, sino más allá.
Quiero bendecirlos ahora con triple poder y fuerza para el tiempo venidero, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Sean amados, sean protegidos, sean bendecidos y sean enviados, mis amados elegidos. Amén.
Gracias, amadísimo Jesús.
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