Mensajes a Ana en Mellatz/Goettingen, Alemania
domingo, 23 de marzo de 2008
Domingo de Pascua.
Jesús habla después de la Santa Misa Tridentina Sacrificial en la capilla de la casa en Göttingen a través de Su hija Anne.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Jesús apareció de nuevo como el Resucitado en una túnica blanca como la nieve, con los brazos levantados y en su mano derecha de nuevo la bandera de la victoria y la agitó.
Mi Jesús, Tú eres verdaderamente resucitado. Pude mirarte. Te agradezco que me permitas transmitir Tus palabras, Tu amor, con Tus palabras que hablas en mí. Te agradezco que todo sufrimiento tenga un final, también para Tu queridísima madre.
Jesús ahora dice: Sí, Mis amados hijos, ¡soy verdaderamente resucitado! Vuestro Jesús Cristo ha resucitado también en vuestros corazones, sí, especialmente en vuestros corazones. Los levantaré a la llama del amor, porque por vosotros morí, por vosotros fui a la cruz, por todos los que quieran seguirme.
Vosotros, Mis amados hijos, me habéis seguido con todo amor y precisión. Quiero agradeceros por caminar este camino de la pasión conmigo. Para vosotros, mi pequeño, este sufrimiento de expiación ha llegado ahora a su fin. Habéis sufrido con Mi Santísima Madre, y para ella ahora también este sufrimiento ha llegado a su fin con mi resurrección. ¡Alegrías y llamadas: "¡Aleluya! ¡Él es verdaderamente resucitado, nuestro Señor Jesucristo! Estas alegrías de la resurrección deberían daros nuevas fuerzas para este pronto sufrimiento renovado. Cread de este poder y sacad de esta alegría, que surgirá en vosotros como señal de esperanza para la Iglesia renovada, purificada, para Mi Iglesia, que fundaré de nuevo en vosotros, Mis hijos, en vosotros. Sí, no podréis comprender los milagros conectados con este sufrimiento que llevaréis como hijos de María, valientes y corajosos.
¡No miréis hacia atrás! ¡Mirad hacia adelante! Todo sufrimiento ha terminado ahora, lo que habéis experimentado. Ahora comienza un nuevo tiempo. Os preparo para esta nueva fundación de Mi Iglesia. Surgirá maravillosamente en Mis iglesias de la casa fundadas por Mí y Mi hijo sacerdotal. Se establecerán como iglesias de emergencia para Mi venida. La gente huirá de las iglesias anteriores. La gente vendrá a estas iglesias y estarán agradecidos de que todos concedáis este derecho a entrar. Siempre estaré con vosotros en este tiempo de tribulación que os vendrá a todos.
Una y otra vez Mi madre os dice: "¡No tengáis miedo! ¡No tengáis miedo! Os protegeré". No tengáis miedo, pero creed! Confiad profundamente en que vuestro Señor y Salvador reinará como Rey. Apareceré como Rey con el Cetro y con Mi Madre, a quien le doy este Cetro en mi mano, como Reina y Madre de la nueva Iglesia. Esta fundación será tan firme, porque se mantiene firme sobre la roca, el Santo Padre en la tierra. Él también estará a Mi lado. Proclamará Mis palabras en Mi Poder Divino.
Muchas cosas, Mis hijos, no entenderéis ni comprenderéis en el futuro venidero. Una y otra vez os digo: ¡No tengáis miedo! Resistid y acompañad cada paso, cada instrucción que os daré! Seguramente tomaréis este camino hacia Mi nueva iglesia, porque os amo sin límites. Sed bendecidos ahora, especialmente protegidos en la Trinidad con Mi queridísima Madre, todos los ángeles y santos y el amado Padre Pío, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Alabanza y gloria sean sin fin, Jesucristo en el Santísimo Sacramento del Altar. Amén.
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