domingo, 11 de febrero de 2024

Te Pido Que Reces También Por Tus Enemigos Y Más Aún Por Los Que Te Odian

Mensaje de Nuestra Señora Reina a Gisella Cardia en Trevignano Romano, Italia, el 10 de febrero de 2024

Mis benditos hijos, gracias por escuchar Mi llamada en vuestros corazones y gracias por doblar vuestras rodillas en oración.

Hijos míos, os pido que recéis también por vuestros enemigos y aún más por los que os odian; ponedlos en manos de Jesús.

Muchas serán las gracias que descenderán....

¿Os acordáis de Esteban y de Saulo?

¡Hijos, la Palabra de Dios es Una y será para siempre!

Cuando la Palabra de Dios, sea manipulada, entonces sed obedientes sólo a Dios sin demora.

Hijos, ¡nunca os dejaré solos! Estad siempre unidos y sed fuertes en la oración, de lo contrario no podríais soportar solos lo que ha de venir: el dolor y la persecución.

Abrid vuestros corazones para que la conversión entre en vuestras vidas.

Ahora os bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, amén.

Breve reflexión

La Virgen menciona en este mensaje a dos grandes santos de nuestra Fe: Esteban y Saulo (Pablo).

Como todos recordamos, Esteban predicó la Palabra del Señor con amor. Fue acusado por falsos testigos de proferir «expresiones blasfemas contra Dios» y de hablar contra «este lugar santo y contra la ley». Por esta razón se decidió su muerte. Entre los que deliberaron sobre su lapidación se encontraba un joven llamado Saulo, gran perseguidor de los cristianos. Hay que destacar dos hechos importantes: 1) El manto que llevaba Esteban fue puesto a los pies de Saulo; 2) Esteban, mientras lo apedreaban, suplicó «al Señor que no les impute este pecado».

Podemos decir que ese manto «cubrirá y preparará» el espíritu de Saulo, hasta el momento de la plena manifestación de Jesús en el camino de Damasco, donde hará caer al perseguidor Saulo del «caballo de su ego y de su orgullo». A partir de ese momento, de ser un gran perseguidor de los cristianos, Saulo, con la nueva investidura del nombre de Pablo, se convertirá en un gran «perseguidor de los gentiles», no para darles muerte, sino para hacerles «morir a la vida del pecado» y hacerles renacer a la Vida verdadera que proponía el mensaje de Jesús.

Por último, es muy significativo el perdón implorado por Esteban hacia sus verdugos.

Así también nosotros, cada día, aprendemos a rezar por las personas que nos persiguen y por su conversión.

Por eso la Virgen nos pidió «que recemos por nuestros enemigos y más aún por los que nos odian, poniéndolos a todos en manos de Jesús».

Origen: ➥ lareginadelrosario.org