martes, 7 de marzo de 1995

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber

¡La paz esté con vosotros!

Queridos hijos, soy vuestra Madre y os amo mucho. Siempre os tengo en mi Inmaculado Corazón. Hijitos, cuánto amor tengo por cada uno de vosotros. Bendigo a cada uno de vosotros aquí presentes y presento vuestras peticiones a mi Hijo Jesucristo. Mi Hijo Jesús os ama mucho y quiere vuestra salvación. Entregadle vuestros corazones, vuestras familias y vuestros problemas y confiad. Tened confianza. No dudéis, pues os aseguro que yo, vuestra Madre Celestial, oraré mucho por vosotros esta noche a mi Hijo Jesús.

Rezád el santo rosario, hijitos, ¡rezad! El rosario es el arma que os protege del enemigo. Soy la Señora del Santo Rosario y la Reina de la Paz. Hijos, cuánto sufro por tantos pecados que se cometen en todo el mundo hoy en día. El mundo necesita convertirse urgentemente, pues el castigo es inminente y muchos no están preparados.

Soy la Reina del Mundo, pero el mundo, que sois todos vosotros, hijitos, es sordo a mis llamados celestiales. Orad, orad, orad. No dejéis de lado la oración. Tened más amor por Jesús, que a menudo está solo en la Sagrada Eucaristía. Visitad más a menudo a mi Hijo Jesús en el

Sacramento del Altar. Haced penitencia por los pecadores, hijitos míos. Necesito vuestros sacrificios y vuestras oraciones para salvar las almas de los pobres pecadores, que hoy están manchadas por el barro del pecado. Ayudadme, hijitos, ayudadme a salvar estas almas. Estoy con vosotros y os acompaño a dondequiera que vayáis. Gracias por vuestra respuesta a mis llamados. Tengo gran amor por cada uno de vosotros. Invocad mi nombre cuando necesitéis consuelo o ayuda, y vendré a rescataros inmediatamente. Os bendigo a todos: en el nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Amén.