domingo, 2 de abril de 1995

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber en Manaus, AM, Brasil

¡La paz esté con vosotros!

Queridos hijos, ¡ánimo, tomad coraje! Sed firmes en vuestras pruebas. Soy vuestra Madre, la Reina de la Luz y la Reina de la Paz. Hoy, pequeños hijos, vengo a pediros que seáis constantes ante las dificultades diarias. Estoy a vuestro lado para ayudaros. Tened confianza en mi extraordinaria protección.

Pequeños hijos, rezad, rezad, rezad. Rezad el santo rosario todos los días por la paz del mundo, y por la conversión de los pecadores.

Hijos míos, no dejéis de lado la oración. Debe ser vuestro primer paso hacia vuestro encuentro con el Señor. La oración debe formar parte de vuestra vida diaria. Rezad constantemente y estad siempre más cerca del Señor a través de la oración.

Queridos hijos, estoy aquí para ayudaros. Confiad más en mí, que soy vuestra Madre, y veréis cuántas gracias caerán sobre cada uno de vosotros.

Pequeños hijos, id a la Santa Misa. Es en la Santa Misa donde recibiréis incontables gracias de mi Inmaculado Corazón y del Sagrado Corazón de mi Hijo Jesús. Jesús hoy, quiere daros Su Mensaje de Paz y Amor. Escuchadle:

En este momento, Jesús fue quien habló:

Pequeños hijos de mi Sagrado Corazón: ¡rezad!

Hoy, queridos pequeños hijos, os bendigo y os coloco a todos dentro de mi Sagrado Corazón. ¡Cuánto os amo, pequeños hijos! Mi amor por vosotros supera toda barrera que os impida alcanzarme, vuestro Dios.

Pequeños hijos, sed perseverantes. No falta mucho para que yo, el Señor, pueda estar de nuevo con vosotros, viviendo de nuevo en medio de vosotros. Ayudad a mi Sagrado Corazón y al Inmaculado Corazón de vuestra Bendita Madre a triunfar y reinar en este mundo de pecado.

Pequeñuelos, estoy con vosotros, para ayudaros a llevar vuestra Cruz día a día. Entregadme vuestras debilidades y dificultades. Llevad mi yugo sobre vuestros hombros y aprended de mí, pues soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. Os amo y os bendigo a todos: en nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Amén. Escuchad a mi Madre:

Nuestra Señora habló de nuevo:

Amados pequeños hijos, ¡estad atentos! No os dejéis engañar por la insidia de mi y vuestro adversario. ¡Tened cuidado, hijos míos! Rezad el santo rosario, rezad el santo rosario, rezad el santo rosario. Os bendigo a todos: en nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Amén.