martes, 29 de agosto de 1995

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber

Mira cómo está el mundo. El mundo está en gran pecado. Reza, reza mucho. ¡Reza la oración que te enseñé!

Nuestra Señora estaba muy triste y sostenía en sus manos el mundo, rodeado de una horrible corona de espinas. Entendí que estos son los pecados que se cometen hoy. Las espinas que formaban la corona que cubría el mundo comenzaron a aparecer numerosas, se estaban multiplicando de una manera aterradora.

En este momento, comenzaron a perforar el mundo causando que saliera mucha sangre que fluía por las manos de Nuestra Señora. La Virgen comenzó a llorar lágrimas luminosas que luego se convirtieron en lágrimas espesas de sangre, que cayeron sobre el mundo.

Nuestra Señora dijo que yo sabría la razón de su llanto, que era algo muy triste que estaba sucediendo en el mundo, causando gran dolor a su Inmaculado Corazón. Rezé la oración que ella me había enseñado para estos días:

"Oh María, Reina del mundo, reza por todo el mundo y especialmente por Brasil."

Inmediatamente después, toda esta escena desapareció y la Santísima Virgen apareció toda luminosa cubriendo a todos los que estaban en oración, con su Inmaculado manto. La Virgen habló:

A todos aquellos que rezan, los protegeré y los mantendré bajo mi manto en el día del castigo.