miércoles, 6 de septiembre de 1995

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber

Estaba orando y le pedía a Nuestra Señora que les diera una señal al pueblo, para que entendieran que era ella quien se aparecía a nosotros y nos hablaba. Muchos estaban diciendo cosas absurdas sobre mí y mi madre. Decían que ambos éramos falsos, mentirosos, e incluso el Anticristo. Estas conversaciones incluso venían del Sacerdote local y de personas de la Parroquia de Itapiranga. Muchas veces, cuando íbamos a Misa y entrábamos en la Iglesia, la gente nos miraba y se reía de nosotros a nuestras espaldas, susurrando entre ellos, diciendo cosas indecorosas sobre nosotros. Mi madre sufría mucho con estas humillaciones. En la homilía, el sacerdote siempre decía algo que nos ofendía y nos entristecía mucho. El domingo pasado fue uno de esos días. Estaba orando a la Virgen y le pedía que hiciera algo, porque estábamos pasando por grandes humillaciones y críticas injustas. Nuestra Señora me dijo:

Reza, hijo mío, reza para que se dé la señal, pero reza, reza mucho porque el mundo está en gran pecado. Conviértanse. Cambien sus vidas. Siempre recen el santo rosario. Oren por aquellos que no creen.

Estas palabras de Nuestra Señora consolaron mucho mi corazón. Nuestra Señora es muy

amable y maternal.