lunes, 16 de octubre de 1995

Mensaje de Nuestro Señor a Edson Glauber

Mis queridos hijos, recen, recen, recen. Soy su Señor. Soy su paz. Conviértanse. Abran sus corazones. Recen mucho el santo rosario, pidiéndole a mi Santísima Madre su ayuda e intercesión, para que puedan venir a mí.

Escuchen a mi Madre. Quien ama a mi Madre me ama a mí. Quien la ofende, a mí también me ofende. Ámenla.

Jesús besó una imagen de Nuestra Señora que acababa de recibir como regalo de un amigo.

Así es como deben tratar a mi Santísima Madre. Mi Sagrado Corazón es su morada. Arde de amor por ustedes. ¹Soy su Padre y los amo con todo mi Corazón. Yo, Jesús Cristo, el

Hijo de Dios Padre y de la Bienaventurada Virgen María, los bendigo: en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. ¡Nos vemos pronto!

Recen por los pecadores. Sacrifíquense por ellos. Recen, recen más. No se desanimen. El Cielo los espera. Soy su consuelo. ¡La paz esté con ustedes!

Jesús me dio este mensaje y besó la imagen de su Madre, porque estos días un pastor protestante pateó la imagen de Nuestra Señora de Aparecida, Patrona de Brasil, en un programa de televisión y esto fue visto por miles de personas en todo Brasil, lastimando mucho a los católicos. Jesús pidió respeto, amor y reparación a su Santísima Madre, pues ella es la Reina del Cielo y de la Tierra y Madre de toda la humanidad.

(¹) Porque nos ha nacido un niño, se nos ha dado un hijo; sobre sus hombros está el gobierno, y se le llama: Consejero Admirable, Dios Poderoso, Padre Eterno, Príncipe de Paz. Extenderá su dominio, y para su paz no habrá fin.(Is 9:6-7)

Debemos notar que no hay nada inconveniente en esto. Es una de las características más hermosas del Amor virginal, expresado muy bien por los santos. Por ejemplo, para San Francisco y Santa Clara de Asís, el mismo Jesús es verdaderamente Esposo, Hijo y Hermanos de la persona que lo ama, de tal manera que esta persona es verdaderamente su esposa, su madre y su hermana (cf. la Lettera di Francesco a tutti i fideli y le Lettere di Chiara ad Agnese di Prague). De la misma manera, Dante llama a María: Virgen Madre, hija de su Hijo (Paradiso cant.33). María misma, más que todos los demás, representa la Iglesia, Esposa de Cristo. Ella es la Esposa Inmaculada, toda hermosa, del Cantar de los Cantares. En su absoluta virginidad, María no solo es Madre, sino que también es la Hija y Esposa de su Hijo. (Del libro: Una gracia muy grande - los estigmas de Santa Gemma Galgani - Monastero-Santuario Santa Gemma -Lucca,LÉTHEL, Fançois-Marie, ZECCA,Tito, GIORGINI,Fabiano)