domingo, 5 de mayo de 1996

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber

Hoy, un evento sucedió en casa: estaba rezando el rosario y de repente el Santo Rostro de Jesús apareció dentro de la vela. Llamé a los miembros de mi familia y ellos vieron lo mismo. Esta señal duró mucho tiempo y muchos de mis amigos pudieron venir a la casa para verla. Esta señal incluso fue filmada por una persona. Muchos se sorprendieron al verla, pero la señal más hermosa es la apertura de nuestros corazones a Dios, nuestra conversión a Él y santificación. Esto es lo que Dios quiere que testifiquemos a nuestros hermanos y hermanas: una vida santa. Esta es su voluntad y la señal más hermosa que podemos dar al mundo. La Madre de Dios en este día me dio un mensaje:

¡La paz esté con ustedes!

Mis queridos hijos de mi Inmaculado Corazón, los invito a un cambio de vida más santo. Mis pequeños hijos, yo soy su Madre y la Virgen del Rosario. Paz, paz, paz: el mundo necesita mucha paz. Oren al Señor de la Paz pidiendo paz para todo el mundo.

Tengan más amor por mi Hijo Jesús y su rostro divino. Mis pequeños hijos, el rostro de mi divino Hijo está bañado en sangre. Jesús llora amargamente por los pecados del mundo. Se necesitan reparaciones para consolar Su Corazón. Por eso Dios los llama a través de señales tan simples y pequeñas para mostrarles que el tiempo es muy grave.

Queridos hijos, todavía no me escuchan como deberían. No endurezcan sus corazones. Escuchen mis llamados, pequeños hijos: ¡son muy serios! El castigo está cerca, pequeños hijos. Oren, oren, oren.

Mis queridos pequeños hijos, lágrimas están cayendo de mis ojos. Ayúdenme, pequeños hijos, ayúdenme. Lleven mis súplicas a sus hermanos. Son muy urgentes. Conviértanse, conviértanse mientras todavía haya tiempo. Los bendigo: en el nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Amén. ¡Nos vemos pronto, mis pequeños hijos!