lunes, 24 de junio de 1996

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Maria do Carmo

Mis queridos hijos, recen muchos rosarios y cada persona rece los siete Credos por la conversión de los ateos. Los ateos son todas las personas que no creen en mis mensajes, que no los viven, que se burlan de mis confidentes y de aquellos que ya están rezando. (¹) Son todas las personas que no están bautizadas y que no son católicos: aquellos que se dicen pastores y todos aquellos que siguen a quienes se dicen pastores.

Solo hay un pastor, y ese es mi Hijo Jesucristo. Él solo es el Pastor de la humanidad. Ahora, el representante de mi Hijo Jesucristo aquí en la tierra es el Santo Padre, el Papa Juan Pablo II. Él también es mi Hijo más querido. Por eso deben rezar mucho, mucho, mucho. Gracias por atenderme. Los bendigo: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Amén.... Que todos tengan mi paz y la paz de mi Hijo, el Jesucristo resucitado. Los bendigo de nuevo: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Amén.

(¹) Quienes no creen y quienes reniegan del bautismo y de la verdadera fe. La Santísima Virgen quiso mostrar a María del Carmen, a través de este mensaje, que existen diversas formas de ateísmo. No solo la negación y la incredulidad de la existencia de Dios, sino también la negación y la incredulidad en las verdades transmitidas por Dios, a través de su Santa Iglesia, para nuestra salvación; como también ahora, a través de sus apariciones y mensajes en el mundo. El ateísmo hoy se ha vuelto cada vez más terrible, porque hoy los hombres ya no creen en la eternidad, porque los errores que se propagan hoy crean una humanidad materialista e incrédula.