sábado, 30 de noviembre de 1996

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber en Manaus, AM, Brasil

¡La paz esté con ustedes!

Mis queridos hijos, Yo soy la Reina de la Paz y la Madre de Jesús. Deseo su conversión. Hijos Míos, deseo exhortarlos a vivir el amor entre ustedes. Mi Hijo Jesús es amor. Si aman, tendrán a Jesús en sus corazones. Oren, oren, oren. Oren el

Santo Rosario. El rosario es mi oración favorita.

Hijos Míos, entréguenme sus aflicciones. Su Madre no desea tristeza en su rostro, sino alegría. Sepan que aquellos que pertenecen a mi Hijo Jesús nunca deben estar tristes. Lleven la santa alegría de Dios a todos los hombres.

Ustedes son la luz de Dios en este mundo lleno de oscuridad. Los invito a unirse a Mi Hijo Jesús en amor, alegría y paz. Oren y estén vigilantes, porque Mi Señor desea verlos alertas, despiertos y vigilantes, porque el tiempo de paz y de Su segunda venida se acerca a ustedes. Los invito a amar. Los bendigo a todos: En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. ¡Hasta pronto!

Antes de irse, la Virgen añadió:

Deseo educarlos en el camino a la Santidad, pero déjense guiar por mí.

El 01.12. 96

¡La paz esté con ustedes!

Yo soy la Reina de la Paz. Queridos hijos, ámense, ámense, ámense. Vivan el amor y lleven amor a sus hermanos y hermanas. Abran sus corazones a mi Hijo Jesús. Queridos hijos, en este tiempo de adviento los invito a reconciliarse con Dios. Los amo y les doy mi Paz. Estén con mi amor y mi paz. Los bendigo a todos: en nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén. ¡Hasta pronto!

Una persona me preguntó por qué Nuestra Señora tardaba más conmigo en sus apariciones si en Medjugorje sus apariciones no duran menos de unos minutos? Ella me hizo esta pregunta porque no sabía cómo responder tantas preguntas dirigidas a ella debido a ciertas personas incrédulas que cuestionaban sobre la duración de las apariciones. Cuando Nuestra Señora me estaba hablando, le conté sobre esto, a lo que ella respondió:

Todo es una gracia y un Don de Dios. Él distribuye sus gracias como le parece bien. Es su voluntad que sea así, así que simplemente acéptenlo.