lunes, 20 de enero de 1997

Mensaje de San José a Edson Glauber en Manaus, AM, Brasil

¡La paz esté contigo!

Mis queridos hijos, soy la Bienaventurada Virgen María. Rezen el Santo Rosario todos los días, por la conversión de todos los pecadores. Queridos hijos, los amo con todo mi Corazón. Deseo exhortarlos a vivir totalmente vueltos a mi Señor.

Amados hijos, no saben cuán feliz está mi Inmaculado Corazón hoy al verlos a todos aquí en oración. Gracias. Muchas gracias por su disposición a rezar juntos conmigo, su Madre Celestial. Oren, oren, oren.

Amados hijos, los amo. Nunca pierdan el ánimo, sino avancen con alegría. Cuiden a mis jóvenes. Los jóvenes se están desviando y tomando caminos equivocados. Llévenlos a todos a la casa del Señor y a su Sagrado Corazón.

Amados hijos, los tengo en mi Inmaculado Corazón. Su Madre Celestial desea decirles que siempre está a su lado para ayudarlos en cada y cada dificultad. Sigan el ejemplo de Don Bosco. Él me acompaña hoy para darles su bendición. Jesús los ama, así que no se desanimen.

Todos deben rezar, para que mi Señor les conceda sus gracias.

Amados hijos, siempre digan al Señor:

Mi Señor y mi Dios, te amo y adoro. Ayúdame a ser un nuevo Cristo, para que pueda llevar tu Palabra a mis hermanos y hermanas. Ayúdame a hacer tu voluntad y que, siguiendo el ejemplo de María tu madre, pueda ser humilde, simple y pequeño en todo.

Señor Jesús, deseo ser totalmente tuyo y te pido en este momento que me bendigas.

Señor, estoy aquí para servirte. Que tu Santo Espíritu se derrame, poderosamente, sobre mí con todos sus dones. Ilumíname, guíame y llévame siempre. Amén...

Oren, oren, oren. Los bendigo a todos: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. ¡Nos vemos pronto!