sábado, 16 de septiembre de 2006

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber

¡La paz esté con vosotros!

Queridos hijos, os suplico con mi Corazón en las manos: rezad por el Papa y la Iglesia, porque el diablo está intentando haceros mucho daño. No seáis desobedientes a mis llamados. Desde hace tanto tiempo os estoy pidiendo que intercedáis y os sacrifiquéis cada vez más, pero no ponéis en práctica mis llamados. Mirad, están llegando días muy difíciles para la Iglesia y para el mundo.

Sataná desea causar grandes conflictos y gran derramamiento de sangre. Los sacerdotes, ministros de mi Hijo, tendrán mucho que sufrir, porque muchos de ellos tienen sus almas podridas por el pecado y no están siendo fieles a Dios. El Santo Padre tiene un corazón amargo y sufre mucho. Rezad por él. Haced una barrera de oración e intercedéis por la Iglesia. Cuando los conflictos en la Iglesia y en el mundo alcancen un pico alto y culminante, Dios castigará severamente a los hombres infieles y desobedientes haciendo caer del cielo un gran fuego que lo destruirá todo. Ese día será tremendo, porque Dios mostrará su poder y que realmente es el Señor, y que todo y todos deben estar a sus pies. Rezad, hijos míos, rezad mucho, porque Sataná está trabajando para traer gran sufrimiento. Actuad vosotros también, rezando y sacrificándoos. Más que nunca os pido: ayunad, y se puede evitar muy pronto un gran mal.

Os bendigo a todos: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. ¡Amén!

Todo está llegando a su fin, pero no desesperéis. Rezad mucho.

Ved, mi Corazón está lleno de espinas. Cada espina es un acto que cometéis cuando no sois fieles a Dios, cuando no amáis a vuestros hermanos, cuando habláis mal de ellos, o cuando sois impacientes y os molestáis por todo lo que hacen tratando de ayudarme a mí y a mi Hijo. No juzguéis, sino ayudad a todos siendo una luz. No estéis desunidos, sino unidos.