domingo, 20 de febrero de 2011

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber

¡La paz esté con ustedes!

Mis hijos, los invito a la oración. El mundo está enfermo y muchos de mis hijos están lejos de Dios y están siguiendo el camino que los lleva a los fuegos del infierno. En muchos lugares del mundo la Santa Iglesia es atacada y desacreditada por muchos de mis hijos. Oren, oren, oren para destruir el mal que quiere extenderse en el mundo cada vez más de una manera horrible e intensa.

Dios los invita a la conversión. He venido a la Amazonía para llamarlos a una vida más santa. Dios los llama a difundir Su paz y Su amor a sus hermanos. Grandes calamidades están llegando mis hijos. ¡Intercedan! La tierra comenzará a dar sus señales y será sacudida fuertemente en muchos lugares. Brasil no se librará porque está siendo desobediente a Dios. Si Brasil no regresa a Dios, la justicia divina descenderá fuertemente del cielo, la sangre será derramada y muchos serán mis hijos quienes sufrirán y llorarán.

Ayuden a su Madre celestial orando su rosario todos los días por la conversión de los pecadores y por la conversión de los incrédulos, porque no saben lo que vendrá del cielo si no se convierten. Los amo y no quiero sus sufrimientos, sino la felicidad de cada uno de ustedes.

Oh, mis hijos, ¡no pierdan el tiempo! Regresen, regresen, regresen a Dios mientras Él todavía les está dando un tiempo para la conversión. Oren, oren, oren! Los bendigo a todos: en el nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. ¡Amén!

Nuestra Señora me mostró de nuevo a muchas personas caminando por un camino con los ojos vendados. Estas personas caminaban vendadas por este horrible camino que los llevaba a un gran cráter lleno de fuego: ¡era el infierno! En este enorme cráter estaban cayendo todo tipo de almas: cardenales, obispos, sacerdotes, religiosos y muchos fieles. Muchos estaban yendo al infierno porque no son obedientes a Dios y a Su Santa Iglesia. Nuestra Señora nos pidió que rezáramos el rosario: esta oración salva muchas almas y

repara una multitud de pecados, llevando a los pecadores que se arrepienten al Corazón de Jesús. Oremos nuestro rosario todos los días para ayudar a Nuestra Señora a salvar tantas almas para Dios.