lunes, 23 de octubre de 1995

Mensaje de Nuestra Señora

Queridos hijos, gracias una vez más por la oportunidad que me dan de unirme a todos ustedes a Mi lado hoy en este día de penitencia. Gracias a todos aquellos que ayunaron y se entregaron a Mí con amor.

Deseo, hijos, que perseveren cada vez más intensamente en el camino del AMOR. ¡Dios sigue queriendo darles Gracias! pero un grupo de oración solo puede crecer cuando cada uno abre su corazón enteramente a Mí, para que pueda entrar en él con las Gracias de mi Señor.

Deseo, Mis hijos, convertir a cada uno de ustedes, pero no me abandonen. ¡Así que abran sus corazones! ¡Permítanme tocar y hacer todas estas cosas en cada uno de ustedes!

Recomiendo el Rosario, recomiendo el ayuno, recomiendo la penitencia, para que sus corazones puedan derramar el veneno que fue vertido por Satanás, para que DIOS pueda poner el perfume de la santidad en ustedes.

Muchos en el grupo se han convertido con sinceridad. Conozco corazones sinceros, pero hay muchos que todavía están apostando obstinadamente. Apostar significa: perder la fe, alejarse de la fe. Por lo tanto, Mis hijos, les pido a cada uno de ustedes que redoblen sus oraciones, porque cada día que pasa, las horas se escurren rápidamente, y casi ya no puedo aferrarme al evento que viene; ¡así que oren! oren!

Así como toda Madre no quiere perder a su hijo en medio del camino, así tampoco quiero perderlos yo. Así que oren, oren y oren. ¡Hagan penitencia! Les he estado diciendo esto durante casi cinco años, pero todavía hay algunos que no han querido escucharme.

Así que, hijos, conviértanse, oren! Llenaré sus ollas, si cada uno abre la tapa que lo cierra, la tapa de su corazón. Tire las piedras de su corazón, y abran el camino para que pasen las Gracias de DIOS!

Deseo que el Grupo de Oración continúe esta semana la novena a Mi Corazón Doloroso, si quieren obtener Gracias. Estaré muy feliz si algunos hijos generosos pueden ofrecerme, además de los dos días de ayuno que ya les pido, la abstinencia de carne los sábados o jueves, ¡especialmente en Honor de la Carne de Jesús en la Eucaristía! ¡Estaré muy feliz!

Por lo tanto, Mis pequeños hijos, oren, ¡aumenten sus sacrificios! ¡Estoy con ustedes! Los guío de la mano.

Gracias por el AMOR que desean. Los bendigo en nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo".