jueves, 1 de febrero de 1996

Mensaje de Nuestra Señora

Hoy bendigo a todos los que están en esta Iglesia, en oración.

"Gracias, mis queridos hijos, por la alegría que ofrecen a mi Inmaculado Corazón, viniendo a adorar a Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar!

Mis queridos hijos, un solo acto de adoración a Jesús en el Santísimo Sacramento es mucho más beneficioso que todas las personas hablando, sin respeto.

Los invito a mirar a Jesús en la Eucaristía con una mirada amorosa, mis queridos hijos. Los invito a todos a enamorarse de Jesús en la Eucaristía. De esta manera Él no será nadie para ustedes, sino que Él será la VERDAD DIOS, ¡Él será la VERDAD ALEGRÍA!

Jesús será su única fuerza. Deseo que todos Mis hijos que realmente quieran amarlo, lo sigan, lo escuchen, puedan adorarlo con todo su corazón.

Verdaderamente, mis hijos, el Cielo mora en la tierra, en cada tabernáculo donde Jesús está presente, silenciosamente, pero VIVO! Allí está el Cielo, morando entre ustedes, porque Jesús es el Cielo!

Les agradezco a todos por su amor. Les agradezco a todos por su adoración.

Les pido que con el Rosario en la mano renueven todo el mundo, y que muestren a todos lo hermoso que es adorar a Jesús en la Eucaristía.

Llenen el mundo con Rosarios y corazones con oraciones para que Jesús sea más adorado.

Quien Me alaba, alaba al PADRE y alaba a Mi Hijo, quien Me eligió para ser Su Madre. Así, mis queridos hijos, rezando el Rosario ante el Santísimo Sacramento, todas las murallas caerán al suelo, todos los obstáculos, toda la falta de fe y toda la resistencia de los corazones cesarán de existir, porque cuando Jesús ve a cada uno de ustedes con el Rosario en la mano, en unión conmigo, pidiendo, rogando, ÉL no puede negar nada, porque Jesús nunca Me dijo y nunca dirá no a nada que YO, SU MADRE, venga a pedirle. Así, mis queridos hijos, haré de cada uno de ustedes un verdadero espejo, una verdadera llama de santidad. Cada uno de ustedes será una llama de amor brillando.

Gracias, mis hijos!

¡Recen! ¡Recen! ¡Recen! Les pido que recen el Rosario.

Gracias por haber respondido a Mi Mensaje!

Los bendigo en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

¡Permanezcan en Mi Paz!"