Agradezco a mis hijos que han orado hoy, todo el tiempo, aquí en la Capilla. Y me gustaría pedir que la oración continúe hasta la medianoche. Estoy muy contenta con esta iniciativa suya. ¡Ojalá la hicieran siempre! Cuando terminen los siete días rezando el Rosario de Lágrimas de Sangre, comiencen a rezar el Rosario de San Miguel por siete días seguidos, y ofrezcan todas estas oraciones por los Planes que el Señor me ha confiado para llevar a cabo aquí. Les agradezco a todos, y les pido que continúen orando sin cesar, y el diablo no podrá hacerles nada.