Mensajes para Marcos Tadeu Teixeira en Jacareí SP, Brasil

 

lunes, 12 de octubre de 2009

Mensaje de la Muy Santísima Virgen María

 

Mis queridos hijos, ¡me alegro de su presencia aquí hoy, rezando todos estos Rosarios!

Su oración asciende a mi Inmaculado Corazón, como incienso fragante, muy agradable para mí y para el Señor.

Les prometo obtener grandes gracias de Dios, y concederles estas gracias de salvación y santificación de sus almas.

También les prometo rezar con nuevo ardor ante el trono del Señor por la salvación de su tierra, de este país, que es desobediente a Mis Mensajes y que Mi enemigo lucha con fuerza para dominar y conquistar. Pero él está equivocado: ¡al final mi Inmaculado Corazón triunfará! A través de las oraciones y sacrificios de Mis pequeños hijos, que respondieron 'sí' a Mí a lo largo de todos estos años de Mis apariciones aquí, Mi Inmaculado Corazón triunfará!

Por una sola alma de verdadero amor, Dios habría perdonado Sodoma y Gomorra. Aquí, donde vine a buscar amor, por el bien de las almas de verdadero amor, que aunque son pocas, por causa de estas almas, salvaré Brasil. Pero si estas almas son más numerosas, podré salvar el mundo con amor sobrenatural, con sus oraciones y sacrificios. Así que aquí está mi deseo, aquí es lo que quiero: oren para que el número de almas de verdadero amor, que habiendo ya muerto para sí mismas y su voluntad, amen solo a Dios y a mí y vivan solo para Dios y para mí. Oren, porque con su oración estas almas se levantarán.

Recen Mi Rosario. El Rosario es la oración que salvará su tierra brasileña, que salvará Brasil y el Mundo. A través del Rosario, esta oración que los orgullosos desprecian, pero que los humildes aman con todo su corazón, derrotaré a mi orgulloso enemigo y estableceré en el mundo mi Reino de paz, de gracia, de santidad y de amor.

Confíen, Mis hijos! ¡Estoy con ustedes! ¿Puede una madre abandonar a su hijo de sus entrañas? E incluso si hubiera tal monstruo, tal mujer, nunca los abandonaría, ni los olvidaría. Miren de nuevo a los seres que Dios creó, a las criaturas de Dios. Si un animal irracional ama tanto el fruto de sus entrañas y no lo olvida, ¿podría yo, la Inmaculada Concepción, la Madre del Altísimo, olvidar a los hijos que dio a luz en medio de tanto dolor a los pies de la Cruz? ¡Oh, no! No olvidará a ninguno de Sus hijos, porque Ella es fiel y los presentará victoriosos ante el Cielo para Su mayor honor, Su mayor gloria y también para la mayor victoria de Su Inmaculado y Maternal Corazón. A todos, Mis hijos, les doy paz, les dejo Mi paz".

Orígenes:

➥ MensageiraDaPaz.org

➥ www.AvisosDoCeu.com.br

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