Sábado, 5 de enero de 2008

Jesús dijo: “Mi gente, el día que Me dejen entrar en su casa y en sus corazones será el día que Mis bendiciones caerán sobre todos los miembros de su hogar. Ya les he mencionado antes que un alma fiel puede ser el guerrero de oración por su familia y familia extendida. Abrirme la puerta no es solo con palabras, sino que significa que harán espacio para Mí en su vida y en sus acciones. Significa que dedicarán tiempo a Mí en la oración y en buenas obras para sus vecinos. Significa que están dispuestos a renunciar a cualquier apego a posesiones o dinero, y dejarme guiarles en el camino al cielo. Cuando Me permitan guiarles, podré moldearles y ayudarles a cumplir su misión en la tierra. Si cierran la puerta a Mi gracia, Me resulta difícil ayudarles. Incluso cuando están en pecado mortal, también les resulta difícil a su ángel guardián ayudarles. Así que abran su corazón a Mi amor, y estén dispuestos a consagrarlo todo a Mí. Amándome con todo su corazón, mente y alma, y confesando sus pecados, pueden estar seguros de recibir la vida eterna en el cielo.”