Mensajes para John Leary en Rochester NY, EEUU
sábado, 10 de mayo de 2008
Sábado, 10 de mayo de 2008

Jesús dijo: “Mi gente, en las lecturas de hoy están viendo las vidas de dos grandes pilares de Mi Iglesia en San Pablo y San Juan el apóstol y evangelista. La obra de San Pablo como misionero entre los gentiles ha sido leída en los Hechos de los Apóstoles, y sus muchas epístolas fueron escritas para ayudar a animar a Mi Iglesia primitiva en sus enseñanzas. Él estaba escribiendo para apoyar al pueblo, incluso desde sus cadenas en Roma. San Juan es Mi amado apóstol a quien le di a Mi Santísima Madre para que la cuidara. Él también representó a todos Mis fieles, y Mi Santísima Madre es ahora vuestra madre celestial, así que todos sois sus hijos. Ella también es honrada en este Día de la Madre. San Juan escribió este último Evangelio de hoy, sus cartas, y el Libro de la Revelación que profetizó cómo iba a llegar el fin. San Juan escribió su Evangelio al final y enfatizó mucho Mi Divinidad así como Mi humanidad. Estos dos grandes hombres fueron bendecidos para daros estas escrituras divinamente inspiradas para que tuvierais Mis palabras de cómo vivir vuestras vidas en el Espíritu. Estáis a punto de celebrar Pentecostés, y podéis agradecer al Espíritu Santo por ayudaros a escribir estas palabras, y a compartir vuestra fe los unos con los otros.”
Jesús dijo: “Mi gente, Pentecostés es una gran celebración porque una vez que los apóstoles recibieron los dones del Espíritu Santo, pudieron hablar en lenguas extranjeras para poder hablar literalmente a todas las naciones sobre Mis Buenas Noticias. También ya no tenían miedo de los judíos, pero estaban listos para llevar a cabo sus misiones individuales. El Espíritu Santo los infundió con conocimiento y comprensión de todo lo que les había enseñado. Ahora, desde que yo resucité, estaban ansiosos por compartir las Buenas Noticias de que yo trajo la salvación a toda la humanidad. Yo pagué el precio de los pecados de todos, y ahora una persona solo tiene que arrepentirse y aceptarme en su vida para ser salvado. Este fue el comienzo de Mi Iglesia formándose, una vez que el Espíritu Santo fue dado a todos Mis discípulos. El Espíritu Santo todavía está apoyando a Mi Iglesia con Sus dones a vosotros, así que regocijaos en esta renovación de vuestra fe. El Espíritu Santo es el Espíritu de amor en todos. Él es Quien da vida a vuestro propio espíritu ya que Nuestra presencia está siempre con vosotros, o dejaríais de existir. Dad alabanza y gloria al Espíritu Santo por todos Sus dones que están activos en vosotros.”
Origen: ➥ www.johnleary.com
El texto de este sitio web se ha traducido automáticamente. Por favor, disculpa cualquier error y consulta la traducción al inglés.