martes, 23 de diciembre de 2008

Martes, 23 de diciembre de 2008

Jesús dijo: “Mi gente, recuerden el milagro que realicé para pagar el impuesto del templo cuando Mi apóstol encontró una moneda en la boca de un pez. Así como el Tercer Mandamiento los llama a adorarme una vez a la semana los domingos, también existe una ley de la Iglesia para ayudar a sostener Mi Iglesia. La parroquia necesita apoyar a su iglesia tanto financieramente como con su tiempo en la difusión de Mi Evangelio. Cuando diezman el diez por ciento de sus ingresos netos, pueden apoyar tanto a Mi Iglesia como a sus organizaciones benéficas que ayudan a los pobres. Este es su deber cristiano de compartir lo que tiene con aquellos que viven en la pobreza que necesitan comida, ropa y refugio. Cuando ayudan a los pobres, están ayudándome en ellos. Aquellos que apoyan a Mi Iglesia y a los pobres recibirán un tesoro celestial que no puede ser robado, y les ayudará en su juicio.”

Jesús dijo: “Mi gente, es hermoso y amable querer compartir regalos de Navidad con sus amigos y familiares. Solo les recuerdo que sean razonables en lo que gastan para no estar pagando una deuda navideña a largo plazo. Otra parte de la Navidad es darme algo de tiempo también, ya sea oraciones adicionales, oraciones en su Corona de Adviento para la cena, o incluso una Misa de Navidad. Estos son regalos que pueden compartir conmigo además de sus otros regalos. Recuerden también compartir sus regalos con los pobres como en su banco de alimentos local. Entregar cestas de alimentos a familias necesitadas es un regalo especial cerca de Navidad. Cuando comparten conmigo y con otros, sienten su amor avanzando para compartir de sí mismos conmigo y con otros. El amor por los demás debe compartirse en todo momento y no solo en Navidad.”