martes, 2 de febrero de 2010

Martes, 2 de febrero de 2010

(Presentación de Jesús en el Templo)

Jesús dijo: “Mi pueblo, hoy Me honráis en Mi Presentación en el Templo, que es una tradición judía para bendecir a los varones primogénitos. Esto se remonta a cuando los varones primogénitos de los israelitas fueron salvados en Egipto, y los egipcios sufrieron la pérdida de sus varones primogénitos que murieron en la última de las diez plagas. Este fue el punto de inflexión en la liberación de los judíos por parte del faraón. Este es también un día de tradición en la bendición de las velas, que os prepara para la bendición de las gargantas mañana en la fiesta de San Blas. Las velas bendecidas también se utilizarán y se necesitarán cuando os enfrentéis a los tres días de oscuridad, ya que serán la única fuente de luz permitida. Hay muchas tradiciones que honráis en vuestra fe que dan reverencia, honor y gloria a Mí. Debéis honrar y aceptar Mi Presencia Real en Mi Santísimo Sacramento, lo que significa genuflexionar o inclinaros ante Mí en la Sagrada Comunión o en Mi tabernáculo. Es más reverente recibir Mi Hostia consagrada en la lengua que en la mano. Tener un gran crucifijo en el altar también os ayuda a recordar cómo morí una muerte cruel para salvar todas vuestras almas. Venir a la Misa dominical no es sólo una tradición, sino que forma parte de Mi Tercer Mandamiento. Tan pronto como descuidáis esta reverencia hacia Mí, estáis en el camino equivocado de dejar que vuestro amor por Mí se debilite en vuestra fe.”

Jesús dijo: “Mi pueblo, aquellos que viven en los estados del norte están familiarizados con los largos inviernos fríos y la necesidad de una fuente de combustible para mantenerse calientes. Durante muchos años, os habéis visto favorecidos con combustibles relativamente baratos de gas natural, propano, madera y petróleo. Cuando tuvisteis una tormenta de hielo y perdisteis la electricidad durante más de una semana, visteis el valor de tener una fuente de combustible alternativa en la madera y vuestro queroseno. Incluso en Mis refugios, he aconsejado a Mi pueblo que tenga al menos dos fuentes de combustible para calefacción. En Mis refugios incluso multiplicaré vuestro combustible si es necesario para manteneros calientes en invierno o para calentar vuestra comida. Confiad en Mí para proveer todas vuestras necesidades durante todo el tiempo de la tribulación. Muchos milagros se realizarán tanto como protección como para proveer vuestra comida.”