Mensajes para John Leary en Rochester NY, EEUU
sábado, 24 de abril de 2010
Sábado, 24 de abril de 2010

Sábado, 24 de abril de 2010:
Jesús dijo: “Mi gente, Mi amor está rebosando como en la visión donde están viendo cómo los bendigo con Mi Cuerpo y Sangre. Mi Sangre salvadora fluye sobre todos. Son ustedes quienes necesitan creer en Mi Presencia Real y recibirme en la Sagrada Comunión sin pecado mortal. Mis discípulos tuvieron dificultad en entender cómo podía darles Mi Cuerpo para comer y Mi Sangre para beber. Cuando el sacerdote consagra el pan y el vino, yo transubstancio estas especies físicas en Mi verdadero Cuerpo y Sangre. La apariencia física permanece, pero es Mi Presencia Real de todas maneras. Aunque esta Presencia Real debe ser creída en la fe, es cómo estoy siempre presente con ustedes en Mi Bendito Sacramento. Así como fue difícil para Mis seguidores creer en Mi Presencia Real entonces, incluso hoy también es difícil para algunos creer en esta verdad. Pero es por eso que les pido que Me visiten en Mi tabernáculo para que puedan alabarme y adorarme mientras les hablo a su corazón. Cuando Me reciben en la Sagrada Comunión, entro en su corazón y alma y pueden compartir unos momentos íntimamente Conmigo en Mi amor. Soy su Pan diario y quien come Mi Cuerpo bajo la apariencia del pan, y bebe Mi Sangre bajo la apariencia del vino, recibirá vida eterna. Incluso los ángeles no pueden recibirme, pero a ustedes se les permite recibirme en la Sagrada Comunión. Este regalo de Mí mismo a ustedes es el mayor regalo que puedo compartir con ustedes. Cuando Me reciben, también reciben a Dios Padre y a Dios Espíritu Santo también. Regocíjense en Mi Eucaristía porque reciben Mi gracia que cura todo el daño hecho por sus pecados.”
Jesús dijo: “Mi gente, cuando ven este edificio concreto agrietándose y desintegrándose, esto representa la fe de algunas personas que se está volviendo tibia. A menos que alimenten y nutran su fe, comenzará a marchitarse sin la oración diaria. Oren por todos los pecadores para que puedan mantenerse fuertes en su fe. Si se vuelven espiritualmente perezosos, entonces dejarán de ir a la Misa dominical y olvidarán sus oraciones. Su fe tiene que ser vibrante e inspirada espiritualmente, o el maligno los extraviará con distracciones mundanas.”
Origen: ➥ www.johnleary.com
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