martes, 22 de julio de 2025

Se Anuncia El Fin, Así Que ¡Cuidado!

Martes, 22 De Julio- 2025

Mensaje del 18 de julio de 2025

Madre de Dios: Hija mía. Por favor, escribe. Es importante.

Juan: Hijo mío. Yo, tu Juan, estoy aquí contigo, junto con muchos santos y apóstoles, la Santa Madre de Dios, María Magdalena y Jesús, para decirte a ti y a los niños de la tierra lo siguiente hoy:

El Santo Ángel del Señor Me mostró vuestro tiempo presente, hace tanto tiempo, y Me pidió, en nombre del Señor y Padre, que revelara todo esto sólo ahora, cuando el tiempo ha llegado.

Hijos, Mis amados hijos. Los focos de guerra se multiplican, y cada vez serán más.

La guerra en Europa está a punto de alcanzar proporciones devastadoras.

Jesús: Debéis mantener la calma y rezar , amados hijos que sois, porque la guerra Está siendo fomentada por aquellos que han entrado en un pacto con el diablo O sus secuaces.

Juan: El ángel me mostró como los países occidentales fueron atacados, como los rusos se aliaron con los chinos, y como muchas naciones están detrás de ellos.

Jesús: Aunque sean pequeñas, tienen un tremendo poder cuando se trata de guerra y escalada. Deben orar , amados hijos, para que el Padre extienda Su mano sobre Europa y los Estados Unidos.

Juan: La guerra tendrá consecuencias devastadoras, porque ustedes no ven detrás de las escenas. El ángel del Señor me mostró todos los enredos, pero hoy no es el día para revelároslos, pues debéis y debéis orar, incluso diariamente al Espíritu Santo, ¡para que podáis reconocer! Para que puedas ver a través de ellos. Para que permanezcas fiel y devoto al Señor Jesucristo.

Jesús: Amados hijos, quienes sois: Yo , vuestro Jesús, estoy listo, pero vuestra confianza en Mí , que soy vuestro Salvador, ¡DEBE crecer y estar verdaderamente anclada en vuestros corazones!

Madre de Dios: Vuestra fe es débil , amados hijos que sois, y por eso, ¡sólo por eso es posible que el maligno os engañe como lo hará! ¡Estad prevenidos!

Un ángel del Señor: Amados hijos, yo, un ángel del Señor, he venido a advertiros, pues ¡estáis jugando con la salvación de vuestras almas! Vosotros mismos la estáis poniendo en peligro, ¡porque no queréis reconocer la verdad! ¡Porque sois complacientes! ¡Porque son tibios!

Jesús: ¡Y porque no buscáis vuestra seguridad , vuestro futuro, la vida eterna en Mí y por Mí!

María Magdalena: Estaréis perdidos , amados hijos que sois, si no encontráis al Señor Jesucristo.

Yo, vuestra María Magdalena, os digo esto porque yo misma viví en pecado, afligida y poseída por demonios, y el Señor me liberó, y he aquí que he encontrado mi salvación, mi amor en Él, mi anhelo satisfecho en Él y con Él en mi vida, y ruego por vosotros para que también vosotros aprendáis esto.

¡No es demasiado tarde, amados hijos que sois!

Juan: ¡El Santo Ángel me mostró cuánto daño le sobrevendría a vuestra Tierra, y creedme cuando os digo hoy que esto es sólo el principio del fin!

Sí, sucederá en rápida sucesión, ¡y a una velocidad aterradora perderéis todo lo que era querido y sagrado para vosotros!

Jesús: ¡Preparaos para estos días, porque la extensión del mal no ha hecho más que empezar!

Madre de Dios: Mucho daño está todavía planeado, la seguridad que una vez tuvisteis ya no existirá de ninguna manera , y viviréis en el miedo y el terror si no volvéis a Mi Hijo , vuestro Jesús, que busca vuestra salvación, vuestra redención, y que estará con vosotros en estos y en los últimos días.

Yo, vuestra Madre del Cielo, estoy muy preocupada por vosotros. ¡Arrepentíos! Rezad y ¡Creed! Porque sólo a través de vuestro arrepentimiento y vuestras oraciones pondréis al maligno en su lugar y no os perderéis para él.

Jesús: La confusión crece y crece , y el adversario engañará a muchos de vosotros. Por lo tanto, venid a Mí, orad a Mí y al Espíritu Santo, para que podáis reconocer y ser salvados del gran engaño que pronto vendrá, ¡y permaneced a salvo!

María Magdalena: Vuestra salvación está en juego, amados hijos. Así que convertíos a Jesús, porque sólo Él es el camino al Padre , al Reino de los Cielos y ¡vuestra única seguridad! ¡Sólo Él!

Juan: Amados hijos que sois. Yo, vuestro Juan, apóstol y amado de Jesús, he venido, porque el último tiempo se acerca, y bienaventurado el que encuentra a Jesús y permanece con Él. Amén.

Madre de Dios: Sólo ÉL , amados hijos, Mi Hijo, vuestro Jesús, os llevará sanos y salvos hasta el final, así que estad y permaneced con ÉL , que es vuestro Redentor y Salvador.

Pedro: Las puertas del cielo, amados hijos, están confiadas sólo a mí, vuestro Pedro, por medio de una llave. ¡Nadie que no esté con el Señor encontrará la entrada!

Un ángel del Señor: Las puertas del Nuevo Reino se abrirán sólo para aquellos que estén totalmente con el Señor. Yo, tu ángel del Señor, te digo esto, porque nadie que no sea fiel al Señor encontrará la entrada.

María Magdalena: Pero el que no se convierta estará perdido para el diablo , y él lo atormentará y sus demonios no lo abandonarán jamás.

Madre de Dios: No os hagáis esto, amados hijos, porque es el tormento más agonizante y el sufrimiento más doloroso y la mayor penuria que experimentaréis en la eternidad. Nunca pasará.

Juan: Amados hijos que sois: Encontrad a Jesús, convertíos a Él y convertíos en hijos felices en el Señor.

El fin ha sido anunciado, así que tened cuidado.

Yo, vuestro Juan, vendré de nuevo. Amén.

La advertencia vendrá, pero los niños deben cambiar ahora y encontrar a Jesús. Amén.

Jesús: Vuestra tibieza y vuestra complacencia os llevarán a la ruina.

Pablo: Vuestra búsqueda de más y más cosas terrenales os hundirá en la condenación.

María Magdalena: Vuestras adicciones y vuestra avaricia os hundirán en la condenación.

El odio en vuestros corazones os hundirá en la condenación.

Vuestras acciones pecaminosas, pensamientos y palabras os hundirán en la condenación.

Así que arrepentíos ahora , confesad vuestros pecados y convertíos en verdaderos creyentes, fieles y humildes hijos del Señor. Amén.

Tus apóstoles, tus santos, tu Madre de Dios, tu Jesús, tu María Magdalena, tu Pedro, tu Pablo, tu ángel del Señor, y tu Juan, apóstol y amado de Jesús. Amén.