Mensajes de diversas orígenes

 

lunes, 30 de diciembre de 2024

Hijos Míos, ¿Soy Yo el Deseo de Vuestro Corazón?

Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a los Hijos e Hijas del Cordero de la Inmaculada Concepción, Apostolado de la Misericordia en Usa el 20 de diciembre de 2024

 

1 Tesalonicenses 2:6-7 No buscábamos la alabanza de la gente, ni de vosotros ni de nadie, aunque como apóstoles de Cristo podríamos haber hecho valer nuestra autoridad. En lugar de eso, éramos como niños pequeños entre vosotros.

Hija mía soy yo Jesús, escribe por favor.

¿Qué es el deseo?

Hijos míos, ¿soy yo el deseo de vuestro corazón?

¿Soy el deseo de vuestras intenciones?

¿O es el mundo y todos sus placeres vuestro deseo?

Debéis elegir... Por favor, volveos como niños pequeños que buscan a su Padre.

No penséis que no veo vuestros corazones, porque los veo. Y veo a muchos que desean el mundo y no a Dios. ¿Es esto falta de conocimiento? Hasta cierto punto sí, pero es falta de amor que no se dan los unos a los otros. El egoísmo de la humanidad es muy pecaminoso, y el orgullo desempeña un papel en ello porque el hombre desea convertirse en Dios. No puedes convertirte en Dios porque el hombre no es el Creador, pues la riqueza y el poder no pueden darte el respeto de Dios. Sólo vuestro amor por Mí y la humildad que se tiene al hacerse pequeño a Mis ojos, llenarán vuestro corazón para desearme, para que entonces Yo pueda formaros como Mis pequeños hijos.

El mundo se consume con el deseo de riqueza, poder y belleza, éste es el placer de la autogratificación que trae consigo malas intenciones y la falta de amor de unos por otros. Desea a tu Dios, el Creador, Redentor y Santificador, este Dios Trinitario te traerá los deseos de tu corazón, para amar y ser amado. Un amor sacrificado es lo que os pido que deseéis, éste es un amor sin límites. Hijos, por favor, apartad vuestros deseos de lo mundano y convertidlos en pureza de corazón, agradando a Dios.

El hombre no puede vivir con el deseo de su corazón en lo mundano, pues sólo llega la destrucción y el alma perderá su camino y vivirá una vida para sí misma. Por eso, hay que arrepentirse, humillarse y volver a Dios, pues Yo os espero con un amor que ningún hombre puede dar, interminable, un amor incondicional por vosotros, hijos Míos. Yo estoy siempre con vosotros.

Jesús, vuestro Rey Crucificado.

Origen: ➥www.DaughtersOfTheLamb.com

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