jueves, 11 de febrero de 2010

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber en Taquari, RS, Brasil

¡La paz esté con ustedes!

Mis amados y queridos hijos, vengo del cielo para bendecirlos y para decirles que mi Hijo Jesús los invita a la fe, a la oración hecha con amor y con el corazón.

Mis hijos, si quieren pertenecer a mi Divino Hijo, abran sus corazones a Él y crean sin dudar jamás, pues Dios solo obra sus maravillas en la vida de aquellos que tienen fe y creen con un corazón humilde, simple y pequeño.

Hoy muchas oraciones suben al cielo por la paz. Uníos también en oración para obtener del Corazón de mi Hijo el don de la paz para ustedes y sus familias. Los amo y los coloco dentro de mi Corazón. Los bendigo a todos: en el nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. ¡Amén!

Mucha gente desea hacer tantas cosas en nombre de Dios y desea ir a muchos lugares hablando en su nombre, pero en este mensaje la Virgen me hizo entender que Dios solo obra sus maravillas en aquellos que se permiten ser guiados y conducidos por Él, siendo humildes y nunca volviéndose engreídos, ni siquiera por la gracia y el don más pequeños. Dios ama la humildad, y solo aquellos que son humildes y obedientes a su voz, así como a su Iglesia, entenderán su amor. Quien no ama la verdadera Iglesia de Cristo, en la persona del Papa, siempre permanecerá ciego y en error, porque la luz de Cristo solo puede alcanzarnos verdaderamente a través de su Santa Iglesia. Lo que hiere tanto el Corazón de Nuestra Señora es que hoy hay muchos católicos que no son verdaderos católicos: están dentro de grupos de oración, dentro de Iglesias, pero se comportan como enemigos de ella y de su Hijo Jesús, viviendo solo en apariencias, con una inmensa falta de fe y una gran dificultad en creer en las maravillas de Dios. ¡Cuántas lágrimas ha derramado Nuestra Señora por estos sus hijos más rebeldes y de corazón duro y cerrado! Oremos para consolar el Corazón de su Hijo Jesús y su Inmaculado Corazón.