lunes, 28 de junio de 2010

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber en São Paulo de Olivença, AM, Brasil

Este es el pueblo donde nació mi madre. Ella vivió su infancia aquí con mis abuelos.

Hoy, la Santísima Virgen volvió a venir a comunicarnos su santo mensaje. Cuando veo a Nuestra Señora siento que mi alma se desborda de gran alegría. Nuestra Señora es tan amorosa y Madre. ¡Cómo siempre quiere venir en ayuda de sus hijos más necesitados y sufrientes! Nunca podemos comprender aquí en la tierra cuán grande es su amor por la humanidad. La Madre de Dios esta noche nos dio el siguiente mensaje:

La paz esté con ustedes!

Mis amados hijos, Yo soy la Madre de Jesús. Soy la Reina del Rosario y de la Paz. Vengo a darles la paz. Vengo a guiarlos por el camino de la santidad. Oren, oren, oren mucho para siempre tener la bendición de Dios y la paz en sus familias y en sus vidas.

¡No pequen más! Huya del pecado para ser agradables a Dios. Deseo que sus corazones pertenezcan a mi Hijo Jesús. Entreguen su voluntad y todo su ser a Él, y tendrán la verdadera luz que los ilumine siempre. Gracias por su presencia. Sean de Dios obedeciéndolo y viviendo su Palabra, y de esta manera podrán merecer las gracias del cielo.

Los amo y los cubro con mi Manto Inmaculado. Oren el rosario y sus familias brillarán con la luz del cielo que vendrá cada vez más sobre el mundo. Los bendigo a todos: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. ¡Amén!

Nuestra Señora rezó esta noche tres Padres Nuestros y tres Glórias por la paz en las familias de San Pablo de Olivença, para que todo mal así como la violencia termine y sea alejado lejos de todos sus hijos. Por unos momentos extendió sus manos sobre el pueblo en la Iglesia, pero entendí que estaba rezando por el pueblo de esa ciudad. La Virgen rezó en silencio y por unos momentos miró hacia el cielo como si estuviera hablando con Dios, luego bajó los ojos y volvió a mirar a todos en la Iglesia. La oración de Nuestra Señora es poderosa. Cuando la Virgen ora por nosotros siento la efectividad de su oración y su poder ante el Trono de Dios, una señal de protección y amor de Nuestra Santa Madre que es llena de gracia, la Inmaculada concebida sin pecado.